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introducción
El planteo bíblico de Dios propone un ser oculto e intencional.1 Si creó todo implica que debió existir antes, porque un creador precede a su creación. Si es anterior a la humanidad, implica que es independiente de la humanidad.2
Cabe señalar el papel subyacente de la explicación en el planteo de un Dios.3 Sintéticamente, se trata de una mente incorpórea, independiente de la humanidad, que además interactúa con el mundo de los mortales.
Dado todo lo que sabemos rigurosamente al respecto, la existencia de una mente incorpórea, incluido el Dios bíblico, es implausible. La correspondiente carga de la prueba es pesada. Hasta el momento, no hay pruebas suficientes que la soporten. Por tanto, resulta improbable.
Pero la improbabilidad de que Dios exista independientemente de la humanidad, deja mucho por explicar. Con miras a una explicación más completa de los hechos observados, consideremos lo contrario: que Dios más bien depende de la humanidad. Examinemos la probabilidad de que la ideas históricas de Dios sea de algún origen humano.
probabilidad previa
En general, otros ejemplos pertenecientes a la misma categoría de referencia se consideran artificios de la cultura humana.4 Dado que otros dioses relevantemente similares de la antigüedad probablemente son de algún origen humano, la probabilidad previa de que el Dios bíblico también lo sea es alta.
En términos relativos, un origen humano del Dios bíblico es una explicación ordinaria. La razón es su relativa tipicidad y coherencia con los pertinentes conocimientos de trasfondo.5 Dado que un origen humano del Dios bíblico es una explicación relativamente ordinaria, la correspondiente carga de la prueba es relativamente liviana.
algunos indicios
La sensación visceral de una presencia intencional y oculta es común. Más aún, realmente tiene lugar en los que la sienten. Asimismo, la sensación visceral de estar en la presencia de Dios realmente tiene lugar dentro de los que la sienten.
Pero, dado que las sensaciones similares de otras mentes incorpóreas son falsas alarmas o autoengaños inocentes, resulta muy probable que las sensaciones viscerales de la presencia de Dios también lo sean.6 Por eso, las sensaciones de estar en la presencia de Dios no son indicios fiables de que realmente existe, fuera e independiente de los sujetos que la sienten.7
Más bien la sensación de una presencia intencional y oculta es indicativa de nuestra gran sensibilidad a las intenciones ajenas, y de nuestra capacidad de detectarlas automáticamente. Este mecanismo ayuda a mantenernos atentos a las presencias intencionales en nuestro entorno. Pero a menudo produce falsas alarmas.8
Efectivamente, se ha demostrado que el cerebro humano es capaz de intuir intenciones automáticamente, de concebir entidades ocultas y de atribuirles las intenciones intuidas. Dado un mecanismo interno capaz de producirnos la desacertada sensación de una oculta mente incorpórea, un origen humano de Dios resulta más probable.
En algún momento, prácticamente todos sentimos la necesidad innata de estar seguros. A menudo la satisface una figura paternal, considerada superior y capaz de proteger.9 Dado que la necesidad de seguridad es innata y satisfecha por una figura paternal protectora, resulta más probable que un padre celestial nació del hombre que lo contrario.
En un sueño profundo, una conversación tiene lugar dentro del cerebro.10 En tal estado, el cerebro conversa animadamente consigo mismo. Asimismo, las experiencias místicas son generadas por el cerebro del mismo sujeto.11 Cabe recalcar que el misticismo puede ser puesto a prueba. Pero hasta ahora, no supera la prueba experimental.12
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El entendimiento basado en el misticismo es propenso al error, y al autoengaño.13 Dado que la comprensión más fundamental de Dios proviene de medios propensos al error y al autoengaño, resulta más probable que Dios nació del hombre que lo contrario. El error y autoengaño sobre Dios son coherentes con un origen humano.
Cabe contrastar entre las revelaciones divinas recibidas por creyentes pacifistas y belicosos. Si bien concuerdan con sus respectivas inclinaciones por la paz y por la guerra santa, se contradicen entre sí.14 Dadas las contradicciones entre las revelaciones divinas recibidas por diversos sujetos, resulta más probable que se originen en estos, que en una sola fuente divina, externa e independiente de ellos.
Según la biblia, Dios interviene en nuestro mundo físico. Pero los extraordinarios relatos bíblicos de milagrosas intervenciones divinas se contradicen con la falta total de pruebas independientes en su apoyo.15 La falta de intervención divina es probable si el Dios bíblico realmente se originó en el hombre.
En resumen, el funcionamiento del cerebro humano permite la sensación visceral de una presencia intencional y oculta. También permite plantearla como algo que explique las cosas. Pero al mismo también produce falsas alarmas, errores y autoengaños innocentes. Dado todo esto, resulta más probable que Dios se originó en el cerebro humano.16
Es más, la historia revela un sinfín de dioses. Tanta variedad sería de esperar si fueran de origen humano. Y las similitudes entre las características atribuidas a los dioses propios, y las idealizadas por sus respectivos proponentes, también sugieren un origen humano.17
probabilidad posterior
Al investigar un posible origen humano de Dios, encontramos hechos que lo apoyan. Es más probable que se den estos hechos si Dios fuera de origen humano. Por eso, son indicativos de esta explicación.
Los indicios de que Dios se originó en el hombre son mutuamente corroborantes ya que convergen en esta explicación desde diferentes ángulos. Cada indicio es como una pepita en la balanza, que aumenta la probabilidad relativa. A fin de cuentas, la probabilidad resulta ser relativamente alta.
explicación más probable
La probabilidad previa de una explicación ordinaria es bastante mayor que la de una explicación extraordinaria.18 Si además la explicación ordinaria no tiene inventos innecesarios, es aún más probable.19 Si tras examinar ambas explicaciones de forma objetivamente defendible resulta que no hay pruebas suficientes que sustenten la explicación extraordinaria, y la explicación ordinaria explica los hechos observados, entonces la explicación ordinaria sigue siendo más probable.
Por un lado, hay indicios del origen humano de Dios. En conjunto pesan más, y soportan la correspondiente carga de la prueba. Por otro lado, no hay pruebas suficientes de la existencia de Dios, ni de su independencia con respecto a la humanidad. Tras sopesarlas detenidamente, resulta más probable que Dios se originó en el hombre que lo contrario.
Más aún, un origen casual y espontáneo del universo, de un trasfondo eterno, encaja mejor con los actuales conocimientos pertinentes que un origen divino del universo.20 El postulado adicional de una entidad causante intencional del universo ni se justifica, ni es necesario.
¿Qué tan seguro es un origen humano de Dios?
Nuestra confianza en que sea correcta la conclusión provisional de que Dios es de origen humano está justificada primero por el uso consciente de criterios fiables; segundo por un manejo ecuánime y objetivamente defendible de tales criterios; y tercero por el conjunto de indicios que convergen armoniosamente en ella. Aunque a primera vista no lo parece, es tan seguro como que la Tierra gira.21
borrador al 1 mar. 2021. Para revisión crítica. Carmen Chase ¿Encontró un error? Comuníquenoslo. |
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Arriba: un dibujo de un "padre celestial" cristiano
Notas
1. Las ideas históricas sobre los dioses están fijadas en diversas “sagradas” escrituras de la antigüedad. En el fondo, se trata de algo oculto, con propiedades psicológicas humanas (por ej. intenciones, inteligencia, deseos, etc.), que además actúa en el mundo físico por razones. La existencia de un dios no debe confundirse con una interpretación puramente simbólica de un dios. Los planteamientos que Dios sólo simboliza algo mundano y nada más (por ej., Dios sólo simboliza el amor), se diferencian del planteamiento bíblico de Dios. Por otra parte, no es lo mismo “creer que Dios existe” que “creer que creer en Dios es bueno”.
2. Si estos supuestos fueran ciertos, entonces Dios existiría independientemente de la humanidad.
3. por ejemplo, el planteamiento del dios del viento apunta a explicar los vientos; el planteamiento de un dios más poderoso apunta a explicar aún más cosas, etc.
4. Por ejemplo, los dioses de la antigüedad –Grecia, China, India– o los dioses ajenos, etc.
5. Para determinados hechos observados, una explicación es más ordinaria si resulta más típica (relativamente más frecuente), y si coincide mejor con los pertinentes conocimientos de trasfondo. Por ej., para unas huellas que coinciden con una bota, la explicación de un sujeto humano con botas pasó por la zona sería más ordinara que un cóndor con botas que aterrizó en la zona. Estadísticamente, los humanos con botas son relativamente frecuentes en comparación con los cóndores, y un humano con botas en la zona coincide mejor con los pertienentes conocimientos de trasfondo.
6. es decir otros ejemplos de sensaciones, pertenecientes a la misma categoría de referencia, por ej. la sensación de una presencia intencional y oculta en la oscuridad; la sensación de la presencia de un ser querido recién fallecido; de un monstruo invisible debajo de la cama; de un sicario invisible en la oscuridad del placard; de una mirada en la espalda sin que nadie lo mire; de fantasmas; de diablos; de hadas; de ángeles; de dioses, etc.
7. Si otros ejemplos de sensaciones, pertenecientes a la misma categoría de referencia, resultan ser falsas alarmas o autoengaños inocentes, entonces resulta probable que la sensación de estar en la presencia del Dios bíblico también sea una falsa alarma o autoengaño inocente. No hay pruebas suficientes de que las cause una mente incorpórea, fuera e independiente de los sujetos que la sienten.
8. Ver por ej.Hood 2009, Shermer 2011.
9. Pero eso puede dar lugar a la tendencia a apoyarse en una figura paternal protectora. De esta forma, una necesidad de seguridad se vuelve un anhelo a, o tendencia a apegarse a una figura paternal protectora. Ver por ej. los respectivos trabajos del psiquiatra John Bowlby, y de la psicóloga Mary Ainsworth.
10. Por inferencia a la mejor explicación, se realizan en los sistemas del cerebro. Esta inferencia concuerda con los conocimientos neurológicos actuales, la gran mayoría de los expertos pertinentes, etc. Para un análisis crítico de la abducción (la inferencia a la mejor explicación), ver “Inference to the Best Explanation”, 2nd Ed., Peter Lipton, (Routledge, 2004).
11. Cabe recalcar que las experiencias místicas, como las revelaciones divinas y vocecillas interiores, son difíciles de corroborar por terceros, lo que dificulta el entendimiento común al respecto entre los diversos destinatarios de tales mensajes místicos. Por otra parte, el aferramiento por fe a las divergentes revelaciones divinas, a veces diamétricamente opuestas, por parte de los respectivos fanáticos opuestos, dificulta arbitrar entre ellos.
12. por ej. brindar, por medio del misticismo, datos muy precisos sobre un suceso por venir, como el lugar y hora exactos de un futuro sismo mortal, etc.
13. Al menos en cuestiones de hecho, el entendimiento basado en el misticismo, en la intuición ingenua, en la introspección, o en la fe, es más propenso a errores y al autoengaño que el entendimiento basado en las observaciones meticulosamente controladas y corroboradas por diversos sujetos.
14. Es decir ¿en contra de la guerra, o a favor de la guerra? Justamente, las incoherencias entre las revelaciones divinas de diversos sujetos sugieren que se originan en éstos.
15. Considérese un tigre en un bosque: si bien se oculta, deja huellas. De la misma manera, es probable que una intervención divina en nuestro mundo físico produzca efectos físicos observables. Pero cuánto más rigurosamente se investiga el mundo físico, tanto más parece que Dios nunca interviene en él. La ausencia de efectos observables de una supuesta entidad causante, donde lógicamente debe haberlos, es un fuerte indicio de su ausencia. Véase “God – the Failed Hypothesis: How Science Shows that God Does Not Exist”, Victor J. Stenger, (Prometheus Books 2007). Traducción publicada por Editorial Ma non troppo, 2008, con el título inexacto “EXISTE DIOS?”
16. Una hipótesis plausible plantea que la idea de un Dios viene dada por motivos psicológicos: surge de una sensación visceral de una presencia oculta e intencional, que a su vez se debe a la forma en que el cerebro humano tiende a funcionar. Ver por ej. Guthrie 1995, Boyer 2002 y Barrett 2004, Bering 2010.
17. Considere este estudio que sugiere que las ideas sobre lo que cree dios tienden a ser más egocéntricas que las ideas sobre lo que creen otros individuos.
18. Véase nota 5.
19. El principio de parsimonia señala el camino general más directo para llegar a una explicación acertada: minimiza la cantidad de retiradas en la trayectoria total. Por eso, entre explicaciones rivales que tienen la misma capacidad explicativa y predictiva, se favorece la más económica –con sólo la cantidad justa y necesaria de entidades fundamentales, entidades causantes, conceptos, principios, coeficientes, etc. Véase el principio de parsimonia, o “la navaja de Ockham”. Para una justificación teórica del principio de parsimonia, véase “Sharpening Ockham's Razor on a Bayesian Strop”, (trad. aprox. Afilando la navaja de Ockham en un bayesiano cuero asentador de navajas) por William H. Jefferys y James O. Berger en Technical Report #91-44 C, Department of Statistics, Purdue University, agosto 1991, y también“Ockham’s Razor: A New Justification”, Project Web Page, accedido 16 nov. 2010.
20. Las explicaciones causales de cosmogénesis espontánea, basadas en principios de la física, amplia y meticulosamente corroborados como verdaderos, resultan más probables que las explicaciones basadas en dioses. La relación de indeterminación de Heisenberg o principio de incertidumbre permite la aparición espontánea, y sin causa alguna, de energía en un vacío –sin que se viole el principio de la conservación de la energía. Esta aparición espontánea e incausada de energía explica, en forma relativamente eficiente, una chispa inicial del universo, coherente con los actuales conocimientos pertinentes. Cabe señalar que nuestras intuiciones de causa y efecto resultan desacertadas en el nivel subatómico. Ver “Has Science Found God?”, Victor Stenger, (Prometheus Books 2003) cap. 6 y 12. También ver Vilenkin 1988; “Guth's Grand Guess”, Discover Magazine, abril 2002; más recientemente “A Universe from Nothing”, Lawrence Krauss, (editorial Free Press, 2012), y también falso vacío. Otra familia de explicaciones plausibles del cosmos es que se originara espontáneamente de un hipotético multiverso eterno. Véase por ej.“God and the Multiverse: Humanity's Expanding View of the Cosmos”, Victor Stenger, (Prometheus Books 2014).
21. Conforme a nuestras intuiciones ingenuas, consideramos que el Sol mueve, y que la Tierra está inmóvil. Pero hasta el momento, la explicación que mejor encaja con los hechos observados es que la Tierra más bien gira respecto al Sol, por lo que dejamos de verlo al anochecer. Así como la rotación de la tierra puede parecer dudosa a primera vista, el origen humano de Dios también puede parecer dudoso a primera vista.
Los atributos del clásico concepto cristiano de Dios
cargas correspondientes a las afirmaciones sobre Dios
conocimiento de Dios --->
el supuesto poder causal de Dios ---> |
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